Es aquel que antepone sus intereses personales a los del resto de ecuatorianos, aquel que nunca aprendió Ética ni Lógica, nunca tuvo sentido común y le faltó dignidad. En su corazón no latió el amor a la Patria y por tanto, el himno, el escudo y la bandera, solo le sirvieron de parapeto para justificar el ‘Mi Poder en la Constitución’ que él mismo escribió y nunca respetó.
Todos los días se conoce un nuevo ilícito de su gobierno y aparece un flamante pícaro encarcelado o libre pero acusado de robo. La justicia fue una farsa que quiso justificar con edificios descomunales y propagandas ridículas que pregonaban que era justa. Con ocasión del secuestro de los periodistas de ELCOMERCIO se ha constatado el desastre en que dejó a las FF.AA. y como permitió el tránsito de droga por las fronteras.
Con el pretexto de las peleas entre correistas fieles y arrepentidos, sabemos de la granujada del 30S que causó muerte de ecuatorianos que ‘liberaban’ a un mandatario que pudo salir sin peligro, de los fraudes petroleros y el empeño del país a los chinos, de las maniobras económicas para justificar créditos usureros, del porqué se mantenían todas las cifras secretas, de cómo desestabilizó al Banco Central quitándole el dinero de los contribuyentes y como perjudicó a la Seguridad Social obligándole a tratar a enfermos que no aportan, comprar bonos de alto riesgo y construir hospitales gigantescos sin médicos ni equipos, como declaró una emergencia permanente para contratar a dedo y sin concurso, como reconstruyó las carreteras más caras del mundo y como adquirió una deuda de USD 64.847 millones que provocarán a fin de año USD 11.721 millones por intereses. Dónde un mejor exponente del anti patriotismo y ansia psicótica de poder.