¿Cómo dejar pasar un día tan bello e importante como este, sin algún comentario? Especialmente cuando en EL COMERCIO encontramos la formidable carta de Gustavo Ramos y el preciso artículo de Gonzalo Ortiz Crespo. Los felicito a ambos por la sincera y apropiada expresión de sus palabras.
La mujer ha sido, durante toda la existencia, un ser especial. Madre, hermana, compañera, creadora de vida, hija, nieta, amiga. No tiene límites su participación en la vida del hombre; tanto que me hace pensar en nuestros límites sin ella, en la pobreza de nuestros recursos emocionales, en la extensa soledad que nos acompañaría día a día.
Es entonces sin justificación, como no sea demostrar un machismo miserable, la injusticia, el abuso y maltrato que ha padecido –y padece- el género femenino en una demostración de fuerza y estupidez de su compañero eterno. ¿Cambiará esta situación?, lo dudo. Para lograr un cambio sería necesario hacer pensar al hombre y esto, no es tan fácil.
Termino con una frase que en su integridad lo dice todo, verdadera, apropiada y llena de justicia que estremece. ¿Qué haríamos los hombres sin las mujeres?