Los ecuatorianos nos hemos acostumbrado a escuchar declaraciones de todos los lados sobre actos de corrupción. La grabación dada a conocer nada menos que por el Fiscal General de la Nación sobre la conversación del Presidente de la Asamblea Nacional con el excontralor, Carlos Polit, sobre asuntos conocidos por la ciudadanía, muestra, desde mi punto de vista, que hemos llegado a extremos muy peligrosos, porque la corrupción no es calificada solamente con actos financieros, sino también con actos contrarios a la moral y a la ética. Es hora de que los ecuatorianos reaccionemos en contra de quienes cometen estos actos de atropellos contra el buen nombre de un país. Son funcionarios que ocupan puestos muy representativos envueltos en actos de corrupción. Lo menos que podemos pedir es que se vayan, no podemos estar representados por individuos de esta calaña.