La conocida periodista Christiane Amanpour que trabajó como corresponsal de la CNN en la guerra de los Balcanes señala que ella aprendió a ser veraz no imparcial al reportar conductas atroces y violaciones a los derechos humanos. En contraste, la Canciller ecuatoriana María Fernanda Espinosa ha pretendido mantener una postura de supuesta neutralidad frente a lo que ocurre en Venezuela y Nicaragua, con el afán de defender posturas ideológicas y simpatías personales, algo que indigna a muchos ecuatorianos. No quisiéramos pensar que su campaña para presidir la 73 Asamblea de las Naciones Unidas tuvo algo que ver con esta actitud.
El próximo Ministro de Relaciones Exteriores, que esperamos sea un funcionario de carrera y no otro correísta desencantado, deberá enrumbar esa cartera de Estado y elevar nuestra voz de protesta ante cualquier régimen que atropelle los derechos humanos. Basta de mirar impasibles y aprobar con nuestro silencio la muerte de numerosos jóvenes en Nicaragua y la incontenible diáspora venezolana.