Diciembre “afectivo”

Es conocido y no deseo reiterar que diciembre es un mes “afectivo”, aumenta más que cualquier otro mes del año especialmente la depresión, incluso llegando a extremos fatales. En primer lugar se debe a que la sociedad de consumo nos ha absorbido y al evaluar nuestras limitaciones económicas somos víctimas de alteraciones afectivas, ya no se respeta las fechas de Navidad como lo que significa para los cristianos. Por otro lado el fin de año también es depresivo porque recordamos mayoritariamente los episodios negativos que nos han sucedido durante el año que culmina, esto se debe a que desde nuestros ancestros debían recordar siempre todo lo peligroso, venenoso, etc.; ¿qué les sucedía entonces neuropsiquiátricamente? se ha comprobado que el ser humano tiene una capacidad subconsciente de evocar ideas, pensamientos o acontecimientos negativos.

Lo positivo casi no aparece, salvo que lo intentemos también y es fácil de recordar los eventos positivos que enriquecieron nuestras vidas. Recordemos que no somos “aparecidos”, tenemos un pasado y también un futuro, debemos aprovechar las experiencias pasadas, malas, dolorosas, agradables, buenas, para elaborar y planificar un futuro de provecho y felicidad. Hagamos el intento este año y todos, seguro que va a mejorar nuestra calidad de vida y nuestra salud mental y física.

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