Al inicio del ‘boom’ petrolero, el general Guillermo Rodríguez Lara propició un golpe militar con la finalidad de frustrar e impedir el triunfo de ‘Don Buca’, quien fue perseguido y apresado, iniciándose un nuevo período dictatorial. Esta fue la primera década perdida porque en vez de fijar sus miradas en el campo, la producción, utilidad y el empleo, construyeron hidroeléctricas como actualmente, siendo excelente moneda de dos caras: en el anverso realizas una obra multimillonaria y en el reverso la corrupción. Ha sido la mejor forma de convertir revolucionarios en nuevos ricos.
En 1978 se ponía fin al Gobierno Revolucionario y el país se alistaba para retornar al régimen constitucional. Se marginó a Bucaram de la Presidencia y únicamente pudo intervenir como diputado, llegando el CFP con Jaime Roldós a la Presidencia.
Luego, en el estadio Atahualpa, el 24 de mayo de 1981, militares rompían todas las pancartas de Roldós, llevando civiles para pifiar al Sr. Presidente y justificar las amenazas de muerte del vicealmirante Raúl Sorroza, quien “llevaba gafas oscuras” y permanecía con la cabeza agachada, en su entierro.
Indudablemente fueron “momentos ingratos, de ataques injustificados y de intentos por desprestigiar la institución”.
En 1995, 1996 y 1997 conseguimos incrementarles de lo presupuestado más de 60 mil millones de sucres anuales y 180 millones de dólares anuales por 15 años en regalías a las FF.AA. (con obstrucción del Febres-Borjismo). Después acaecieron “brotes de politiquería o intereses personales” propiciándose el golpe de estado, para conseguir que el Febres-Borjismo (no la partidocracia) lleve al poder a Alarcón, Palacios, Mahuad y Correa. Fue la segunda década perdida hasta el 2007. Correa dijo: “Actualmente es la mejor pagada de la región y los pensionistas son los mejores pagados del mundo”, produciéndose otra década perdida. ¡Únicamente 40 “patriotas” abandonaron la ceremonia!