Llegué con mi esposa hace unos 30 años al Ecuador desde Holanda. En este entonces dependíamos casi por completo de los Correos del Ecuador para corresponder con nuestra familia en Holanda. No había problema, porque las cartas, las postales y de vez en cuando un paquete por Navidad o nuestros cumpleaños llegaban entre 1 y 3 semanas a nuestra casilla. Sin problemas, ni fue necesario pagar “extras” porque en este entonces el Estado todavía trató la correspondencia interna y externa como un derecho universal… lo que en realidad es.
Ahora, 30 años más tarde, cartas, paquetes y postales llegan con un retraso de meses o nunca llegan. Los que trabajan en Correos lo saben, el gobierno lo sabe, la Asamblea lo sabe, incluso el Presidente lo sabe, pero no pasa nada para mejorarlo. El último plan de “Pre-Alerta” – recién inaugurado hace unos meses – es un desastre desde su arranque. Por ejemplo, ordené un paquete de la India el 15 de diciembre. Cuando llegó al Ecuador Correos lo mandó a Aduanas donde demoró más de un mes hasta que liberaron el paquete el 5 de febrero. Nadie me avisó de su liberación, pero por medio de rastreo por internet y una llamada al Servicio al Cliente pagué los USD 3,51 que corresponde al “Servicio” el 2 de marzo. Desde entonces nada, ya pasó un mes. El último mensaje de la responsable de entregarme el paquete me escribió el 28 de marzo:
“En relación al mail que antecede, comunico que se realizaran las acciones pertinentes que permitan la distribución de los envíos en referencia lo antes posible, mismos que se encuentran pasando procesos internos de clasificación al momento estamos presentando demoras a nivel general motivo por el cual no le podríamos dar un tiempo estimado de entrega, cualquier novedad le dejaremos saber.”
Muchas palabras, aclarando poco. Mal servicio: “Avísalo”, pero sin seguimiento. ¡Qué triste! ¿Cuándo van a mejorar el servicio de Correos? Es un derecho internacional. Mi madre de 87 años mandó un paquete para Navidad el 8 de noviembre 2017…nunca llegó. Dicen saber nada de este paquete, a pesar de que tiene un número de rastreo y alguien de Correos avisó a los colegas de Correos de Holanda que todavía debe estar en Aduanas…Entonces, tengo la siguiente pregunta válida: ¿quién se comió nuestros chocolates?