Antaño, los tres países sudamericanos del Atlántico -Brasil, Uruguay y Argentina- eran superiores y daban cátedra a los de la zona del Pacífico. Los partidos de fútbol los ganaban por goleadas, por habilidad y por tener excelentes DT, que enseñaban técnicas y disciplina para jugar en equipo (no ‘comebolas’) para defenderse, atacar con orden y cómo patear la pelota con efecto para engañar al arquero y cuidar de su físico, etc. (unos profesionales).
Bueno, poco a poco las competiciones futbolísticas se están equiparando. Ecuador ganó a Argentina porque tiene un DT que los preparó mejor: psicológica, técnica y físicamente; posiblemente el rival se confió en que Ecuador es un país pequeño ‘geográficamente’ y siempre era el triunfador.
Este cambio en Ecuador se inició con el montenegrino Dusan Draskovic, quien se fijó en el talento, físico, habilidad y reclutó al afroecuatoriano, antes relegado. Los resultados positivos están a la vista.