Al graduarnos de oficiales de las Fuerzas Armadas ecuatorianas, en forma pública, con espada en mano y rodilla en tierra enfrente de nuestro Pabellón Nacional, juramos defender a nuestro país y a nuestra institución, incluso ofrendando nuestra vida si fuere el caso. Por ello, no debe llamar la atención que en cumplimiento de este juramento los señores oficiales del Alto Mando de nuestras FF.AA. en uniforme hayan estado presentes en la Corte Nacional de Justicia durante la audiencia de juzgamiento por actos de lesa humanidad a oficiales de las Fuerzas Armadas.
Los oficiales acusados no llevaron a cabo las acciones por cuenta propia, lo hicieron en cumplimiento de instrucciones recibidas del correspondiente mando. Por ello, el responsable es el mando pertinente. De acuerdo a nuestras leyes y reglamentos militares, el Mando institucional es el único responsable de lo que suceda en la institución. Y si el Mando actual no hubiera estado presente en la audiencia, no hubiera cumplido con su deber, con su juramento, con su razón de ser, esto es no estaríadefendiendo a su institución. Es grato constatar que los valores morales, patrios aún se mantienen en nuestra institución y que el Alto Mando los cultiva con su ejemplo.
Nuestras FF.AA. han sido, son y serán un baluarte para nuestra sociedad. Que tiene sus debilidades como cualquier entidad formada por seres humanos, es verdad. Sin embargo, ha sido la espina dorsal que ha mantenido a nuestro país. Cualquier lucha entre hermanos deja cicatrices que no sanan fácilmente, pero es el deber de todos los connacionales de hacer lo posible por borrarlas, para bien de la Patria toda.