Muchas veces me he preguntado ¿por qué tanta indiferencia, silencio o complacencia ante tantas cosas que veo pasar en nuestro país?
Soy un lector de la realidad nacional, y para ser justo, crítico o interpelante de esa realidad, debo expresar mi opinión, no debo olvidar episodios que en su momento estremecieron nuestra conciencia individual y social; debo resistirme a esa costumbre o conducta social.
Es saludable ejercitar periódicamente el recordar y no olvidar hechos, que por la complicidad del paso inexorable del tiempo y de las actividades inherentes a cada uno, nos han hecho olvidar aupando la impunidad y la reiteración de aquello que creímos se combatiría hasta las últimas consecuencias.
Por ello, debe abrirse un espacio de opinión que nos recuerde a gobernantes y gobernados lo que no debe olvidarse, lo que debe hacerse seguimiento, lo que debemos aprender del pasado y del presente.