Leí un artículo en el que se contaba la historia de una chica que utilizaba la bicicleta para transportarse en Quito. Ella decía que con las nuevas, eléctricas, era más fácil por lo montañoso de nuestra urbe. Quise probarlas para ver cómo me sentía con este nuevo mecanismo de transporte. Es así que comenzó la historia del por qué escribo este artículo. El servicio de las nuevas bicicletas eléctricas es increíble. Uno hace ejercicio, cuida el medio ambiente, su salud y está cómodo para transportarse.
Una de las actividades deportivas individuales que mayor cantidad de adeptos tiene en el mundo, es el ciclismo. No solo porque nos permite hacer un ejercicio completo, sino por ser un medio de transporte que nos traslada de un lado a otro sin contaminar, demandando espacios mínimos en las vías, como en los estacionamientos.
Como ciclista permanente debo agradecer al alcalde Rodas que cumplió con cambiar el trazado desastroso que había en la ciclo vía y porque le dio un impulso a esta actividad adquiriendo más bicicletas y las eléctricas que hasta se han vuelto inclusivas porque los adultos mayores y niños pueden usarlas sin tener problemas y con un impulso por si se cansan. Sin duda, el sistema metropolitano de bicicleta está cambiando para bien.