La Corte Provincial de Justicia de Pichincha

En EL COMERCIO del viernes 20 de los presentes mes y año, está publicado el artículo de opinión “La insatisfacción”, suscrito por el doctor abogado Pablo Ortiz García, en el que vierte una serie de comentarios que atentan a la dignidad de los administradores de justicia.

Es malo generalizar su pensamiento y atacar a todos los jueces, operadores de justicia, abogados y universidades con palo de ciego.

Si él habla de “tráfico de influencias”, si la razón tiene “quien más billetes deposita”, es de suponer la concurrencia de por lo menos dos partes que intervienen en esas non santas operaciones y en esa línea de razonamiento la otra serían los abogados litigantes que intervienen en los juicios, entre los que se encuentra él, no debiendo olvidar que en su momento también él se desempeñó como conjuez de la Corte Superior (hoy Corte Provincial).

Sostener que las sentencias mal emitidas inducen a los abogados al alcoholismo o drogadicción es otro desaguisado que atenta a la dignidad de los colegas abogados y al noble ejercicio de la profesión.

Olvida e ignora ex profeso que si alguien no está conforme con un fallo tiene recursos con los que puede hacer valer sus derechos.

Si existen malos jueces es obligación moral denunciarlos, pero de ningún modo se justifica lanzar una serie de agravios y acusaciones impersonales que atentan a la dignidad de las personas, como lo hace el columnista Pablo Ortiz García.

Desconoce con manifiesta mala fe las estadísticas que demuestran cómo se han despachado causas rezagadas; cómo la implantación del proceso oral en materia penal y próximamente en el resto de materias constituye un avance cualitativo y cuantitativo en la administración de justicia, que sin lugar a dudas constituye un verdadero hito histórico que trascenderá en el tiempo y el espacio.

Tampoco quedaron libres del ataque las Universidades, ya que según el articulista no forman abogados, sino “gallitos de pelea”, también sería corresponsable, porque de lo que se conoce el doctor Ortiz García ejercía la cátedra en la Pontificia Universidad Católica y en la UASB.

Qué diferencia con otras columnas de opinión que critican constructivamente el proceso de reforma, sugiriendo correctivos, proponiendo soluciones, mas no denostando a los administradores de justicia.

En lo que sí tiene razón es cuando sostiene que “...la fuerza de los argumentos y el conocimiento del Derecho...” son fundamentales para vencer, lo contrario es el insulto, la agresión, la maledicencia y el ataque aleve que demuestran la sinrazón y la carencia de actitudes positivas para enfrentar los problemas.  
Luis Araujo Pino, Presidente de la Corte Provincial de Justicia de Pichincha

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