Rómel Merchán Herrera
El bono de eficiencia para el sector público, creado para estimular la productividad y eficiencia dirigido al Presidente, Vicepresidente de la República y para servidores del nivel superior de la Administración pública y que dependen de la función ejecutiva, ha experimentado un gasto, en el período julio-diciembre del 2013, de 2,8 millones de dólares.
Al respecto, me parece que ser un servidor público es el mayor privilegio que debe tener un ser humano, pues cumple con la noble misión de servicio al prójimo. Me parece un despropósito, que en nuestro país, que pretende un cambio, suceda esto, inaudito que estos servidores públicos, que son los que tienen los sueldos más altos a más de otros privilegios, como chofer particular, seguridad, combustible, vehículo, etc., reciban esta clase de bonos. Ellos tienen la obligación patriótica de servir a la sociedad. Me parece correcto que el Presidente haya ordenado la devolución inmediata de estos recursos, espero que se haya cumplido esta disposición. Señor Presidente, le solicito que se digne vigilar que se haya dado fiel cumplimiento a su disposición.