Carta del INEC 1) Sobre un artículo de Vicente Albornoz

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), como ente rector de la estadística oficial, tiene el deber de aclarar la lectura que el editorialista Vicente Albornoz da a las últimas cifras del mercado laboral en su artículo “Maquillaje 2.0” publicado el 22 de octubre.

Aunque Albornoz reconoce que no existe por parte del INEC maquillaje en la cifras, acusa al Instituto de “modificar genéticamente las cifras” usando argumentos erróneos y tendenciosos que procedemos a rectificar.

Con este antecedente economista Albornoz, empezamos informándole que la definición de desempleo proviene de recomendaciones internacionales de la Organización Internacional del Trabajo. ¿Ha leído usted las resoluciones de las Conferencias de Estadísticos del Trabajo de 1982 y del 2013? Si no lo ha hecho, le recomendamos leerlas. Ahí consta, específicamente, que una persona se considera desempleada si no tiene trabajo en un periodo corto de referencia con respecto a la encuesta, está buscando trabajo en las últimas cuatro semanas, y está disponible para trabajar en caso de que existiera la oportunidad de hacerlo (CIET 19, párrafo 47). Esta definición es exactamente la que utilizamos todas las oficinas estadísticas del mundo (en desarrollo o no) con el fin de comparabilidad internacional. También es la misma definición que utiliza el INEC desde el año 2007 y que utilizaron las encuestas de empleo del Banco Central que existieron desde 1997 hasta 2007, momento en que se fundieron con las del INEC. ¿Acaso entonces sugiere usted que la OIT, junto con todos los países del mundo, hemos “modificado genéticamente” el concepto de desempleo durante más de 30 años? Si es así, esperamos ansiosos su propuesta para poderla llevar a la próxima Conferencia de Estadísticos del Trabajo en el año 2018.

En su artículo también menciona el concepto de empleo no remunerado, diciendo que el “INEC hace la realidad menos feíta al hacer que una persona que pierde su trabajo remunerado y pasa a dedicarse a quehaceres domésticos sea un empleado sin remuneración en lugar de un desempleado”. En esto debemos explicarle, una vez más, que alguien que realiza quehaceres domésticos, de manera exclusiva, sería clasificado como parte de la población económicamente inactiva y no como empleado, ya que está fuera de la fuerza de trabajo tal como también lo define la OIT (CIET 19, párrafo 16). Ahora, si esta misma persona busca trabajo y está disponible, sería clasificada como desempleada, tal como lo aclaramos en el párrafo anterior.

Por su parte, el empleo no remunerado es una categoría del empleo que corresponde mayoritariamente a trabajadores familiares auxiliares que, de manera voluntaria, ofrecen su trabajo sin recibir una remuneración a cambio de ello (Clasificador Internacional de la Situación en el Empleo, párrafo 4).

De esta manera, el INEC le aclara una vez más que las definiciones que utilizamos provienen de recomendaciones internacionales como lo sugieren las buenas prácticas y los principios fundamentales que rigen la estadística oficial. Si a la buena práctica usted le llama “modificación genética”, estaría calificando con ese mismo criterio a todas las recomendaciones internacionales en materia estadística. Esperamos que antes de sus próximos análisis periodísticos no dude en contactarnos; el INEC estará presto a exponerle, a usted y a quien lo requiera, el marco conceptual y metodológico que rigen a las estadísticas laborales del país y su compatibilidad con recomendaciones internacionales.  José Rosero Moncayo, Director Ejecutivo INEC

2) En lo que va del año, la tasa de desempleo se encuentra estable
El editorialista Marcelo Ortiz Villacís, en su artículo de opinión del viernes 21 de octubre de 2016 publicado en Diario El Comercio, hizo una lectura e interpretación incorrecta a las últimas cifras de empleo publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el pasado 17 de octubre.
Como Instituto rector de la estadística oficial del país y siguiendo los principios del Código de Buenas Prácticas Estadísticas es imperativo para nosotros que la información estadística sea difundida de la manera correcta. Por consiguiente debemos ser enfáticos en señalar que el artículo de opinión antes mencionado, da una información errada a sus lectores, por lo que consideramos importante rectificar la información ahí expresada.

Empecemos con la descripción que el señor Ortiz considera “contundente” sobre las cifras de desempleo. En su editorial realiza un análisis explicando la variación anual del desempleo, que efectivamente aumenta en aproximadamente 93.677 personas entre septiembre de 2015 y septiembre de 2016. Sin embargo, nos preocupa que no haga referencia a la estabilidad de la tasa de desempleo en lo que va del año. Como se puede constatar, a inicios del año se dio el mayor ajuste. La tasa de desempleo pasó de 4,8% en diciembre de 2015 a 5,7% en marzo de 2016. Ya para junio el desempleo se ubicó en 5,3% y en septiembre en 5,2%, lo cual indica que el nivel de desempleo, que si bien es un punto porcentual mayor comparado con el 2015, es estable en lo que va del 2016 y da cuenta que el nivel del desempleo en el país no sigue aumentando como su artículo lo sugiere.

Así también, nos preocupa la contradicción del editorial. Por un lado, en el segundo párrafo el editorialista estima que la sumatoria entre la población desempleada y subempleada representa aproximadamente una cuarta parte de la PEA, lo cual es correcto (24,6%); mientras que en el tercer párrafo hace referencia a que estas poblaciones representan el 60,85%, lo cual es totalmente incorrecto. Es decir, se presentan en el mismo artículo dos datos distintos sobre la misma población. Este tipo de errores, no hacen más que confundir y desinforma a la ciudadanía.

Con este antecedente, esperamos que los periodistas, analistas y editorialistas de “El Comercio”, no duden en contactarnos para sus próximos trabajos periodísticos con el fin de instruirlos para que realicen una correcta interpretación y lectura de los datos.

Suplementos digitales