Todos, gobiernistas y opositores se dicen ser dueños de la verdad, pero la verdad de la que hablan son diametralmente contrarias. Los opositores dicen que hubo tortura e incomunicación en las detenciones de los estudiantes protestantes; los gobiernistas que no existió tortura, ni agresión y que es más, se les trata bien, se les proporciona alimentación, kits de limpieza y kits para PPL a los estudiantes protestantes detenidos en las manifestaciones en Quito.
A quién le creemos cuando existen dos verdades, se vuelve una guerra de palabras; una lucha por la credibilidad, la verdad es lo que cada ser humano experimenta en carne propia y no necesita habladurías.
Solamente resta preguntarnos: ¿por qué se esperó nueve días para realizar los exámenes médicos a los estudiantes apresados?