La realidad económica de los artistas ecuatorianos siempre ha sido paupérrima, es fácil leer un poco de su historia, cómo vivían y cómo viven. La situación no ha cambiado, una actividad tan importante como el Arte y la Cultura debiera ser la prioritaria de un Gobierno, más aún si este tiene interés de servir a la sociedad, y lamentablemente esto no sucede todavía. Los artistas deben vender su trabajo y alinearse con los gobiernos de turno ofreciendo funciones gratuitas, a veces pintando a pedido de las autoridades o esculpiendo y en lo más profundo, que es la escritura, limitarse o buscar apoyos por todo lado, ya que las ideas que se escriben no se pueden vender a cambio de un buen presupuesto. Desconozco los pormenores del mural del señor Égüez en la Fiscalía del Estado y no puedo criticarlo porque no soy artista; en el arte y la cultura siempre existirán quienes encuentran grandes aciertos y quienes se sientan decepcionados; y ante tanto juicio de valor emitido prefiero solicitar que se respete al pintor que de paso no le conozco, pero como he dicho, en el Ecuador para ejercer el arte hay que “arrimarse” a los gobiernos o morirse de hambre.