Poco a poco se va desmoronando el gran muro que cerca América del Sur. Su construcción empezó en 1990 luego de la estrepitosa caída del Muro de Berlín: El Partido de los Trabajadores de Brasil dio origen al Foro de Sao Paulo que, vía elecciones democráticas, en 1998 llevó al poder a Hugo Chávez en Venezuela. Después de él, el contagio fue epidémico: le siguieron, Brasil, Uruguay, Bolivia, Chile, Ecuador, Nicaragua, Paraguay, Argentina, Brasil. Con sus poderosos tentáculos intentaron llegar a España.
La caída del muro sudamericano empezó en Bolivia cuando el pueblo le dijo que no a Evo Morales en su intención de perpetuarse en la Presidencia; luego, en Venezuela, Maduro perdió su poder hegemónico. Después vinieron los descalabros de Argentina y Brasil, sin dejar de lado la derrota de Alianza País en Ecuador, en 2014. El 26 de junio, España mandó al tercer puesto a Izquierda Unida-Podemos, en una clara demostración de que allá no tiene cabida el socialismo del siglo XXI. Por fin, luego de muchos años, la gente está despertando del encantamiento al que fue sometida con ofertas demagógicas que tanto daño han causado a la región. Afortunadamente, no hay mal que dure cien años.