Alfonso Frey
A Quito le conviene un moderno sistema de transporte masivo de pasajeros económicamente viable, ajustado a su real capacidad de pago, sin inversiones ni subsidios millonarios que pongan en riesgo su viabilidad y sostenibilidad, que puedan asumirlo tanto el Municipio como los empresarios del transporte y los usuarios.
Con mucha imaginación habría que trazar una gran urdimbre de corredores viales longitudinal-transversales sobre sus principales avenidas y calles, con la más avanzada tecnología de buses convencionales, articulados, biarticulados y aerosuspendidos, con estupendas conexiones con su amplia e importante periferia urbana.
Con este gran plan integral e integrado de transporte de calidad solucionaremos el más grave problema de nuestra capital y, en seguida, empezaremos a disfrutar de mayor calidad de vida por la consecuente descontaminación atmosférica, pues muchísimos ciudadanos preferirán guardar sus vehículos en los garajes de sus casas para usar este confortable servicio público.