Muy buen ejemplo del gobierno de Colombia

Los temas de corrupción siempre son candentes y tienen raíces muy profundas, tal como lo reportan los medios de comunicación, en el escándalo que afecta a las Fuerzas Armadas de Colombia, por actos ilícitos e indecentes de varios de sus altos mandos.

En una acción digna de elogio, de manera inmediata, su presidente Juan Manuel Santos y su ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón han decidido remover tanto a los directamente involucrados, como a otros por, como dice el ministro: “Se van porque no actuaron conociendo las irregularidades”.

De hecho, se darán investigaciones y habrá sanciones de orden legal.

Y vuelven a mi memoria los hechos que me sucedieron allá en el año 2000, cuando denuncié la corrupción de los altos mandos de las Fuerzas Armadas de Ecuador, cuando desde mi función como Agregado Naval y de Defensa, ante la Embajada del Ecuador en el Reino Unido, de forma documentada, con oficio dirigido al entonces embajador Arq. Sixto Duran Ballén, con mi firma de responsabilidad, reporté los negociados en la contratación de los seguros de las aeronaves militares, un secreto de Estado, que servía para ocultar las trafasías y chupar el dinero del pueblo; es decir actué ante el conocimiento de las irregularidades.

Entonces, la respuesta y reacción abrupta, negativa y violenta (propia del que se sabe culpable) del Presidente del Ecuador, junto con los miembros del Alto Mando militar, fue de atacarnos a mi familia y a mí, con intentos de asesinato, degradación, apresamiento, persecución, etc.

El castigo para los culpables, a los que su consciencia les restregará el alma cada día de su vida, o lo que les quede de ella, viene de la justicia divina; ya que la justicia terrena, les liberó de culpa.

En fin, corrupción es un acto de cobardes, esos que se parapetan tras bastidores, desde donde de forma oportunista, desangran a la sociedad.

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