Hace pocos días murió, en Bahía de Caráquez, un gran quiteño, pero sobre todo un gran amigo. Aquellos que tuvimos el honor de haber disfrutado de su amistad sentimos una gran pérdida.
Bautizado como borrego cuando niño por Oswaldo González Cabrera por lo ondulado de su cabello, los dos amigos con más de 30 años de diferencia fallecieron en el mes de noviembre del 2015. Monseñor Alberto Luna Tobar, su tío, sembró en él, el amor el arte de la tauromaquia. Fue un gran aficionado práctico.
Como abogado de éxito, su estudio legal acogió a muchos por su gran capacidad de fomentar las relaciones personales y el derecho a la propiedad intelectual. No fue un borrego pasivo, manso, domesticado como los de hoy.
Indomable en la política, fue un hombre de bien, caballero en toda la extensión de la palabra, amigo íntegro para todos quienes tuvieron el gusto de llegar a conocerlo. Reciba su familia este pequeño reconocimiento a un personaje como fue Santiago Bustamante Luna.