Bien por Cedatos y el país

Evocando recuerdos de la infancia me viene a la memoria la historia de dos vecinos que en el pueblo servían de ejemplo de lo que se debe y lo que no se debe hacer: mientras el uno recogía diariamente de su huerto hermosos y sabrosos frutos que los cultivaba con amor y esmero, el otro, con arrogancia y sin disimulo no podía ocultar la envidia que sentía de ver cómo progresaba su vecino; hasta que cierto día tomó una canasta, la llenó de basura y la depositó en el patio del vecino bueno pensando provocarlo a la pelea; pero era tan alta la cultura y el prestigio del vecino ante la gente del pueblo, que sintió tanta pena y decidió vaciar la basura de la canasta y llenarla de los mejores frutos de su huerto.

Sorprendido por esa actitud, decidió preguntarle por qué le enviaba frutas si él le había puesto basura… esbozando una tierna sonrisa le dijo: cada quien da lo que tiene en su corazón.

Sirva esta historia tan conocida para expresar a Polibio Córdova Calderón, su esposa Nancy Leguísamo de Córdova y sus hijos, las felicitaciones más sentidas de un ciudadano que admira el derroche de cultura, decencia y transparencia familiar frente a tanta ignominia y ambición política con la que quisieron acallar a CEDATOS, empresa de reconocida trascendencia en el análisis del acontecer nacional, demostrando en todas sus actividades su compromiso cívico con la verdad y nada más que la verdad.

Felicitaciones al país y los votos más fervientes porque CEDATOS siga entregándonos los resultados de sus investigaciones; y si me es permitido, insinúo a CEDATOS investigar sobre los rompimientos constitucionales, el mal trato y los ultrajes permanentes al derecho humano más delicado como es el de la educación.

Señores de CEDATOS, lo profesional queda y el oportunismo político pasa.

Suplementos digitales