Luego del rechazo producido en las redes sociales, por lo sucedido en la sabatina cuando el becario Pablo Maldonado solicitó trabajo al Sr. Presidente, se descubrió que Maldonado es hijo de un viceministro de Estado y su padre bien pudo haber corrido con los gastos en sus estudios, en vez de quitarle la oportunidad a un joven pobre y estudioso. Lo terrible de este show mediático premeditado es que se demuestra que las oportunidades en este país, siempre serán para los detentadores del poder.
Recapacitando sobre el buen vivir, por fin logro descubrir la constante “siempre será para que viajen a las mejores universidades del mundo los oriundos de la revolución ciudadana y además los 300 000 pipones de Alianza País que son funcionarios públicos, por su afinidad política con el Gobierno, que constituye el despilfarro causante de la más grave crisis financiera del país, en aproximadamente el 20% del presupuesto general.
Por ello, sería una gran solución que ese 50% de pipones sean los primeros a los que el Gobierno les exija renunciar, por ineficientes e innecesarios, consiguiéndose el achicamiento del Estado en aproximadamente 5 000 millones de dólares anuales y la crisis ocasionada sería más soportable.
Pero en vez de reconocer los errores, Correa persiste en enderezar el bochorno escogiendo a la Senescyt para manejar directamente la troncha, asignando becas, cuando “el sistema de becas no puede ser manejado con un sentido clientelar ajeno a la institución, tiene que ser manejado por la propia institución porque eso cierra el ciclo de su planificación curricular. “La beca no es una dádiva, es un recurso de planificación educativa”: Jaime Breilh.