Las distancias se han acortado en el fútbol mundial por el esfuerzo de jugadores y equipos. El viernes nomás vimos a los fenomenales argentinos tirando patadas a Montero, Caicedo y Valencia sin poderlos parar.
El verdadero respeto a nuestro fútbol –les guste o no- lo instituyó Liga Deportiva Universitaria conquistando la ‘Libertadores de América’, torneo difícil e inalcanzable para muchos gigantes del continente y Edgardo Bauza fue el artífice de la gloria. Cauto y sencillo metió pundonor y eliminó complejos: Liga de visitante iba a marcar el primer gol, olvidando el ‘encerrarse atrás’. Así viajó a jugar la final de clubes, y Ferguson con su Manchester United sufrieron, y así se fue al Maracaná a bañarse con el papel picado que los cariocas no escatimaron en lanzar al campeón. Pero muchas medallas fueron demasiado peso para corazones endebles y había que maquinar y acordarse del ‘Mal natural’. La envidia –dice José Ingenieros en ‘El Hombre Mediocre’- es “El rubor de la mejilla sonoramente abofeteada por el éxito ajeno” y muchos cínicos se sintieron severamente abofeteados, a tal punto que no vacilaron en obligar a que Liga juegue tres partidos en la semana para boicotearle la segunda Copa Sudamericana frente a la U. de Chile en Quito, ¡o no! A pesar de todo, ¿logrará algún equipo ecuatoriano la Copa Libertadores, la Sudamericana, dos Recopas y un vicecampeonato mundial de clubes?…. difícil.