De las propuestas de aumentar el ICE, podemos desprender varias conclusiones que debemos considerar: 1. Las bebidas con mayor contenido de alcohol costarán más y serán menos consumidas; 2. Las fábricas clandestinas que elaboran licores tendrán que formalizarse; y, 3. Las instituciones estatales responsables de la salud pública se verán obligadas a emprender estrategias de prevención del consumo prematura de estas bebidas.
Una reforma positiva que aportará mejores mecanismos para cuidar la salud y la tranquilidad de nuestras familias.