Miles de ecuatorianos contratamos servicios de aseguradoras de salud. Lo hacemos ya que conocemos las graves carencias del IESS y otras entidades estatales. Ahora que se debate un proyecto que regula el funcionamiento, modalidades y cumplimiento de estas empresas a la Asamblea Nacional, lo que apoyo totalmente.
En mi calidad de médico debo hacer ciertas precisiones importantes. Estamos claros que se trata de empresas con fines de lucro y las carencias del Estado no permiten brindarnos cobertura médica oportuna y con buena calidad, lo que nos obliga a afiliarnos a estas empresas que no son baratas, son restrictivas en coberturas, etc.
El Estado aspira que realicen actos médicos que no pueden cubrir estas empresas, y si se las obliga a hacerlo no podrían mantenerse debido a los costos, pero sí existen otras que aunque sea con un ajuste económico al asegurado lo podrían hacer como trasplantes, salud mental, atención odontológica, complicaciones médicas, eliminar límite de edad (eso es absurdo, ¿es decir cubren hasta cuando normalmente el paciente puede estar sano?). Muchos, quizá la mayoría, aportamos mensualmente años a estas empresas y nunca o casi nunca ocupamos sus servicios.
Según la Superintendencia de Compañías, estas empresas aseguradoras en el 2014 negociaron cerca de USD 366 millones y sus utilidades fueron de aproximadamente USD 23 millones.Es un jugoso negocio. El Estado debe controlar el cumplimiento de las leyes por parte de estas empresas , costos, etc., e implementar cambios necesarios como los que sugiero por ejemplo y quizá hasta que la cobertura de salud estatal sea igual a la privada, aportar paritariamente económicamente a las mismas. Quizá disminuyan las cuantiosas ganancias para las “prepago” pero piensen que son empresas de salud y no solo para hacer negocio. Reflexionemos al respecto.