Qué agradable leer en una misma página editorial, la del jueves 16 del presente mes, tres artículos que tienen similitudes pero visiones distintas de la esencia de la vida. Alexandra Kennedy en “¿Cuál matriz productiva?” se pregunta: “¿Cómo diablos puede vivir una sociedad sin la construcción y reconstrucción de referentes históricos, antropológicos, artísticos o filosóficos si sólo el 2.6% de postrados ofertados en el Ecuador corresponde a Artes y Humanidades?
Fernando Tinajero, en su artículo “El despertar de la razón” por su parte, se irrita al hacernos conocer que la reforma educativa de la educación superior ha excluido a las humanidades, empeñándose en alcanzar sólo mayores rendimientos económicos, dejando entrever previamente que la crisis europea de la era nazi tuvo sus raíces en el pensamiento de Descartes, Galileo y Newton que redujeron la realidad a lo visible y cuantificable, tema que ahora gracias a Dios, precisamente, se está quedando sin piso pues en estos tiempos, no cientos, sino miles de hombres de ciencia y los más prestigiados señalan que debemos tener cuidado para no caer en el error de creer que el mundo puede estar organizado según criterios racionales, pues aparentemente está organizado de forma irracional y su estructura interior nada tiene que ver con reflexiones intelectuales. Dicho de otra manera: comprende dimensiones que no son comprensible a nivel racional.
El doctor Rodrigo Fierro reitera en “Matemáticas y EPN” que la Escuela Politécnica Nacional ha sido su techo y su piso en su carrera de investigador científico, destacando además el nombre de otros extraordinarios ecuatorianos que se prepararon en matemática y física en esa institución, materias cuyas bases están ahora en entredicho, en todo caso es gratificante que haya personas de tan alto nivel expresando con furor, inteligencia y decisión su punto de vista, todo en una sola página, raro en el Ecuador.