Me refiero al artículo publicado por ustedes el 19 de marzo ‘Correa se gana a las FF.AA’ al cual hago los siguientes comentarios.
Las Fuerzas Armadas históricamente han estado subordinadas al poder civil; la diferencia a partir de la Revolución Liberal radica en que esta le dio un carácter nacional, tanto en su composición social, como en sus relaciones con las clases dominantes, lo cual significa, apoyar a los grandes objetivos del pueblo ecuatoriano. Quien ejerce el poder no necesita ganarse a las Fuerzas Armadas a través de concesiones para mantenerlas contentas, como afirma quien cree ser experta en temas militares, solamente tiene que respetar el papel que desempeñan como garantes de la soberanía y su esfuerzo por apoyar al desarrollo del país; lo anterior conlleva a preocuparse de que tengan los medios adecuados para el cumplimiento de sus misiones, que sus miembros tengan los salarios que se merecen, y campamentos que les permitan operar y descansar adecuadamente.
Quienes quieren cambiar la doctrina de las Fuerzas Armadas, entre ellos, algunos oficiales en servicio pasivo, que seguramente buscan la notoriedad que no la tuvieron al interior de la institución, buscan policializar a los militares, lo que llevaría a descuidar la defensa nacional y entregar a la sociedad un pésimo servicio policial.