Difícil tarea para el Presidente de Argentina Mauricio Macri: conciliar los sagrados intereses de su pueblo y los abusos del mercado que generan sus medidas. Las ideologías chocan con agentes de la economía real que buscan mayores utilidades y sortear la caída del consumo en hogares por impactos de “tarifazos” enormes que precisamente impuso el Gobierno.
Es plausible la decisión del mandatario argentino para aplicar la “Ley de Góndolas” y favorecer la producción y comercialización de bienes de pequeñas empresas en grandes mercados, reservándoles hasta el 20 % del espacio que ocupan industrias poderosas. Expertos argentinos consideran que la medida podría representar la disminución en precio al comprador en hasta 30 %. Este nuevo marco legal que altos funcionarios gubernamentales quieren ejecutar –debates por medio- en la nación austral es la misma Ley Orgánica de Regulación y Control de Poder de Mercado que diseñó y ha venido ejecutando exitosamente el Gobierno del Presidente Correa, desde 2012.
En nuestro país se ha profundizado la cobertura efectiva de los derechos humanos populares, rebasando el concepto de defensa del consumidor. Es motivo de satisfacción personal y será para Ecuador y sus autoridades, que el régimen neoliberal como el de Argentina, oriente discusiones sobre la necesidad de planificar herramientas y disponer medidas que impulsen a pequeños productores comunitarios y favorezcan a la sociedad toda, sin discrimen ni favoritismo.
La Ley de Góndolas de Argentina es triunfo de concepciones políticas que anteponen las dimensiones del ser humano y la naturaleza al negocio y lucro que mueven al capitalismo. En Argentina comienzan a valorar las bondades del bienestar común en el modelo holístico de la economía sustentable y biocéntrica. Es acierto de la Superintendencia de Control de Poder de Mercado en Ecuador, que tiene reconocimiento internacional.