Con oportunidad de la posesión de los nuevos terceros secretarios, masivamente incorporados al servicio exterior, tanto el señor Presidente como el Ministro de Relaciones Exteriores, han aprovechado la ocasión para intentar estigmatizar a la “antigua” diplomacia ecuatoriana, empleando para ello calificativos como “vieja, elitista, anticuada y servil”. Más los oradores parece que olvidaron que esa “vieja” diplomacia, fue hasta hace poco, sin soslayar desagradables sucesos que registra su historia, ejemplo de rectitud, honestidad y respeto a nuestras propias leyes, así como a los convenios y tratados internacionales. Esa vieja diplomacia siempre llevó y puso muy en alto el nombre y prestigio soberano del Ecuador en suelo extranjero. Esa “vieja” siempre fue honesta, no sabía de marihuanas, menos aún de narcovalijas, anomalías registradas en suelo extranjero y que nos tienen sumidos en la humillación y vergüenza internacional. Así como hoy se manda a detener y poner en prisión a representantes de la ley bajo supuestos cargos de corrupción, los responsables del escándalo narcovalija, sea cual fuere su nivel , deberían estar tras las rejas. No es admisible que se juegue con el honor nacional.