Un año de salvaguardias

El 11 de marzo pasado se cumplió un año de aplicación de las medidas de salvaguardia, tiempo en el cual su incidencia en el comportamiento de las importaciones es evidente. En el 2015, se observa una disminución de las importaciones con respecto al 2014; sus montos volvieron a los alcanzados en el 2010.

La importación de materias primas, por ejemplo, disminuyó en aproximadamente USD 3,2 mil millones y la de bienes de capital en USD 1,3 mil millones, provocando sin duda, una menor producción y por ende, un menor empleo. Como país, retrocedimos cinco años y a pesar de estos resultados, que reflejan un decrecimiento, las autoridades pregonan la sustitución de esta medida con un ‘Timbre Cambiario’, que no pasa de ser el mismo tipo de restricción a las importaciones con otro nombre y quizá con efectos más perniciosos que las mismas salvaguardias. Esto es contraproducente, puesto que incluso pone en peligro la suscripción y vigencia del Acuerdo de Libre Comercio con la Unión Europea.

En la situación actual de nuestra economía, lo que conviene adoptar son medidas que estimulen las importaciones, que fomenten la producción y el empleo; es decir, antes que aplicar impuestos conviene eliminar y/o reducirlos, especialmente en aquello que el país necesita importar para producir otros bienes, incluidos los de exportación. Paralelamente, el Gobierno debe pensar que cada año que pasa la situación competitiva de Ecuador en los mercados de EE.UU. y de la Unión Europea es más crítica con respecto a los productos similares que exportan Colombia y Perú a estos mercados, puesto que lo hacen con ventajas arancelarias pactadas en los Acuerdo de Libre Comercio suscritos con dichos mercados, que les asegura la aplicación de las preferencias arancelarias que para nuestros productos son inciertas, pues no tenemos un Acuerdo bilateral, lo que ahuyenta la inversión en nuestro país, al no haber indicios de la firma de un Acuerdo con EE.UU. y dudas respecto a la entrada en vigencia con la Unión Europea, que corre el peligro de caerse si mantenemos políticas restrictivas.

Suplementos digitales