Al Procurador del Estado

El asombro y desilusión sigue campeando en la ciudadanía, ante la falta de ética y respeto del procurador General del Estado Diego García Carrión, a los deberes y obligaciones inherentes a su función, a los cuales juró dar estricto cumplimiento.

¿Cómo es posible, que no haya asistido con su grupo de asesores legales, a una diligencia judicial de vital importancia para los intereses que representa, en el juicio incoado en contra de Jorge Glas, vicepresidente de la República del Ecuador, ante evidentes indicios de responsabilidad en el cometimiento de delitos, en perjuicio a la Nación?  

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