Son más, muchísimos más

Como estaba previsto, el empecinamiento de AP de continuar con el “debate” de las enmiendas constitucionales en la Asamblea Nacional, trajo consigo, como respuesta, las protestas a las calles. Para completar el escenario y fieles a su costumbre , los simpatizantes del Gobierno y la revolución ciudadana se dieron cita en la Plaza Grande para defender el “proyecto” con las consabidas “vigilias por la democracia”.

Como todos sabemos, estas vigilias, que suponen la defensa de la democracia con alegría y civismo, incluyen festivales de todo tipo, además de la presentación de cantantes (buenos y de los otros). Es mi criterio que la música, los cantos y los bailes son solo una forma de espantar el miedo ante una posible toma del Palacio de Gobierno por parte de quienes protestan.

Casi siempre, al final de estas vigilias y luego del baile y del jolgorio, nos queda la Plaza de la Independencia con sus jardines destruidos, y sus paredes y monumentos grafiteados.

Los simpatizantes de AP acusan de los desmanes a los que protestan y viceversa, responsabilizando ambos bandos a los “infiltrados”.

Quienes amamos a Quito estamos cansados de esta situación y exigimos respeto para nuestra querida ciudad, vengan de donde vengan estos atropellos.

AP y la revolución ciudadana deberían analizar la posibilidad de elegir otro lugar para sus concentraciones, que tendría que ser grande, pues según el presidente Correa son muchos, ¡muchísimos más! Aunque por lo que yo he podido apreciar, la Plaza Grande les queda cada vez más grande.

En ese lugar no puede faltar una gran tarima, para que quepan en ella los ministros y asambleístas que le hacen coro al presidente Correa cuando canta. Esta tarima podría servir a la vez como ring, para cuando el señor presidente se vea en la necesidad de retar a golpes a algún “canalla” opositor, luego que agotó todos los medios de entendimiento posibles como el diálogo y el debate. Claro está, los niños de nuestro país lo sabrán entender.  

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