El miércoles, a las 07:40, en la tristemente célebre avenida Simón Bolívar se volcó el autobús que llevaba a 15 niños con discapacidad cerebral, entre ellos mi hija Tahis.
Pido en nombre de los padres de familia a las autoridades nacionales y locales de Quito, intervenir urgente con su experiencia y rigor para que esa vía donde, según los noticieros, ha habido 124 accidentes en dos meses, sea declarada en emergencia y cuente con mayores seguridades y sitios de auxilio, locales construidos para ambulancias apostadas e intensa y prolongada educación mediática a conductores y pueblo sobre implicaciones de invierno, lluvias, asfalto y conducción.
Hoy no hubo muertos, pero la reflexión desde el dolor es para todos los ecuatorianos.