Al fin, el pueblo decidió el cambio de mando en la Alcaldía quiteña, porque creemos que eso es lo más lógico, normal y saludable en la vida de los pueblos que aman de verdad a su país. Con ello se evita que el Alcalde se sienta dueño de la ciudad.
Mauricio Rodas ingresa hace un años a la Alcaldía de la mejor ciudad del mundo…Quito, y se ve que lo hace con infinita voluntad de trabajar, confiado en Dios, y en su pueblo que lo eligió, pese a que de pronto se encuentra en un agreste camino, en medio de vientos helados, ráfagas grisáceas de mal ánimo, plaga de miserias humanas e intereses políticos que tanto daño hacen.
Felizmente para los quiteños, desde hace 12 meses se lo observa al joven y dinámico Alcalde laborando incansablemente, venciendo silencioso, prudente e inteligentemente toda dificultad que a diario lo rodea, convencido que en esta tierra nada es gratuito, ejecutando la diaria actividad con destreza.