Los quiteños estamos muy contentos y orgullosos del cambio en la administración municipal, ya que demostramos al país entero que no nos sometemos a prepotencias de nadie; estábamos cansados de un Alcalde que lo único que hacía era obedecer. Educados y amables, como somos por naturaleza los quiteños, pensamos que el presidente Correa iba estar en la posesión del Sr. Rodas, correspondiendo a su gentileza al aceptar la invitación al Palacio; pero, ¡oh sorpresa!, no fue así.
Claro que no se puede pedir peras al olmo. Otra falta de delicadeza fue la no asistencia del Alcalde saliente y de la Presidenta de la Asamblea. Pero también es comprensible.Ellos no piensan, solo obedecen. Sr. Rodas, los quiteños le auguramos muchos éxitos en su administración y deseamos que los 21 concejales que le acompañan, dejen de lado el color de su camiseta y trabajen juntos por la ciudad.
Con relación al Himno de Quito, sería muy conveniente una reforma a la Ordenanza 493, para que los quiteños volvamos a cantar el himno como orgullosamente lo hemos hecho siempre.