Hago un llamado público a las autoridades, nacionales y locales, para que de manera urgente tomen acción en un tema que se está volviendo una amenaza grave para la seguridad en las calles de Quito. Existen grupos de gente que se dedica a limpiar parabrisas en los semáforos a cambio de unas monedas. Hasta ahí, no hay problema, es una forma de ganarse la vida, si se hace con la aprobación del conductor. Sin embargo, desde hace tiempo estos grupos se han venido multiplicando y en muchos casos, sin preguntar, se acercan y arrojan el jabón al parabrisas, aunque el conductor haya dicho que no. Y si, por desgracia, no se tiene una moneda para pagar por este servicio impuesto, se ponen agresivos, insultan, amenazan y llenan nuevamente de jabón el parabrisas, en especial a los vehículos conducidos por damas, en una forma cobarde de chantaje; las señoras, viendo que son varios miembros de la pandilla (a estos si los puedo llamar así), buscan ayuda de los conductores varones alrededor, que raramente se dan por enterados a pesar de presenciar las agresiones. ¿Policía? muy poco se ve, y si de casualidad hay un agente de tránsito cerca, hace mutis por el foro o finge demencia. Los casos son muchos, pero son particularmente frecuentes en los semáforos de las avenidas Naciones Unidas y Diez de Agosto, Naciones Unidas y Shyris, República y Eloy Alfaro. Ya basta.