Es verdaderamente preocupante ver cómo la mayoría de los sujetos conducen sus vehículos en forma agresiva, utilizándolos muchas veces como un arma contra los demás, sin respetar las señales de tránsito y menos a las personas.
Si uno tiene la desgracia de ser deportista, está expuesto en cualquier sitio a que le boten el vehículo e incluso le atropellen, matándolo o dejándolo mal herido y por supuesto huyen como viles delincuentes, dejando a su víctima abandonada en la calzada.
En estos días han sucedido varios accidentes en contra de ciclistas, que su único ‘vicio’ es practicar algún deporte, con consecuencias fatales, como es el caso de nuestro buen amigo Daniel, que es un ejemplo a seguir, para quien van nuestros mejores deseos por su pronta y total recuperación, con la ayuda de Dios. ¿Hasta cuándo tanta impunidad?