En 1983 salió a la venta un libro que lastimosamente se agotó y nunca volvió a reeditarse. Y que en estos tiempos de tanto acartonamiento, puritanismo y de rostros agrios y ceños fruncidos, valdría la pena volverlo a mirar en vitrinas libreras. ‘Contrafilo’ es un libro de Gonzalo Bonilla (el negro Bonilla, como se le conocía). Son crónicas cargadas de un humor inteligente y ácido que si viviera el autor ya estaría amenazado como su hijo ‘Bonil’. Si alguien tiene el mencionado texto, abran la página 15 en donde se reproduce una charla que el autor dictó en el Colegio Mejía el 28 de mayo de 1973. Se refiere al valor de la columna humorística (que vale también para la caricatura).
En uno de los párrafos, expresa: “La tira cómica se codearía con la columna de crítica humorística. No es tampoco la materia transcendente que toca con su escalpelo. De tanta importancia como en la política es como la filosofía o sociología, y hay periodistas geniales que labran en estos campos (…) Nos encanta, por consiguiente derrocar dioses, profanar santones, vulnerar jefes y sus superiores…”.
En estos días el Gobierno ha llamado la atención a Bonil. Es normal. Les incomoda que estos duendecillos (como lo son Roque, Asdrúbal, Luján, Pancho y otros) hagan notar con ironía “que el rey está desnudo”.