1.-No es bueno para un País destinar los recursos que se obtienen por el cobro de impuestos al financiamiento de gastos corrientes, principalmente sueldos, porque si esto se hace, el 100% de las inversiones tendrán que sustentarse en el endeudamiento público, cuyo servicio tendrá que pagar la siguiente administración por obras inauguradas por Alianza País.
2.-Nuestras autoridades deben aprobar presupuestos equilibrados, compatibles con nuestra realidad, buscando que las remuneraciones del sector público y los demás egresos, estén en proporción a los niveles de otros sectores, por lo que los sueldos de funcionarios del primer nivel no pueden ser 15 y hasta 20 veces más altos que la de los demás servidores del Estado.
3.-El nuevo Gobierno debe dar muestras claras de que los recursos del Estado son de todos los ecuatorianos y no del partido político que gana las elecciones, frenando el despilfarro que se ha dado en los últimos años, además de combatir la corrupción y sobre todo evitar que la deshonestidad no sea sancionada, única forma de sentar precedente para los demás ciudadanos.
4.-Es deseable que el Presidente electo actúe más como dirigente de una sociedad económica destruida y no como político, porque el Ecuador necesita con urgencia el cambio de la “matriz política” en que se nos ha metido, pues necesitamos una visión gerencial, preocupada de todos y no solamente de los seguidores del Gobierno y sobre todo del sector privado.
5.-Separar las funciones del Estado como lo dispone la Constitución, a fin de que cada una de ellas actúe con independencia y no subordinada a instrucciones determinadas. En este orden, eliminar el “famoso” Consejo de Participación Ciudadana y no permitir la intervención del Consejo de la Judicatura en temas no autorizados.