La imagen internacional del Ecuador está hecha añicos. Basta leer en Internet la catarata de críticas de la opinión pública de medio planeta para darse cuenta de ello. El Gobierno no alcanzó a dimensionar el impacto que tendría en nuestra imagen internacional el desenlace de los juicios contra medios y periodistas, así como el efecto de su pésima conducción de las relaciones internacionales. La dureza de esas críticas, muchas de respetados líderes mundiales, debe preocuparnos por los efectos que traerán. En tal sentido, con mucha pena debemos asumir que, dadas las circunstancias, la justa aspiración del vicepresidente Moreno por alcanzar el Nobel de la Paz, puede quedar solo en una aspiración. ¡Qué lástima!