Creo que para ningún ciudadano ecuatoriano, pasan desapercibidas las francas contradicciones que se dan entre la posición política del Presidente Moreno y la de la Canciller Espinosa, pues mientras el primero busca el acercamiento político con los países que tenemos intereses comerciales, financieros y hasta culturales, la ministra en posición autárquica y divorciada con el sentir de la mayoría, asoma siempre alineada con países del socialismo del siglo XXI pese a los resultados funestos de sus planteamientos, dentro y fuera del país, porque, al menos, en el caso del Ecuador, solamente ha buscado el enriquecimiento de sus cabecillas, contentándole al pueblo con obras demagógicas, de pésima calidad y de un sobreprecio merecedor de todas las acciones penales.