Ya no sorprende la facilidad con que este Gobierno se abre frentes en el ámbito político y social. Hora los jóvenes, hora los indígenas, hora los militares y así sucesivamente con prensa, periodistas, con alcaldes, con países amigos, con veedores, etc. ,en una interminable cadena de enfrentamientos por esto o aquello.
Parece que lo que dio resultado en los inicios de la llamada revolución ciudadana, es decir enfrentar a todo y por todo para romper esquemas y marcar cambios ha terminado por hastiar a parte de la población. Si bien el Mandatario goza aun de importantes simpatías no es menos cierto que son menores a las de años pasados y la población parece estar descargando su hastío con la política de enfrentamiento, pugna, descalificaciones, mala educación y demás en funcionarios de menor jerarquía.