Cuatro años –días más, días menos- nos separan del máximo torneo del balompié Mundial, que se jugará en 12 (o 10) ciudades de la Federación de Rusia.
Una razón de peso, entonces, para empezar desde este blog a descubrir (o redescubrir), desde diferentes ángulos, al país (straná, en ruso) más grande del mundo, con una superficie de 17 102 260 kilómetros cuadrados.
El objetivo del (re) descubrimiento del Estado que fue gobernado con mano de hierro por Pedro El Grande y Catalina la Grande, surge a pesar de que Winston Churchill, primer ministro de Gran Bretaña en dos períodos (1940-1945 y 1951-1955) dijera alguna vez una suerte de acertijo. “Rusia es una adivinanza, envuelta en un misterio, dentro de un enigma”.
¿Por dónde empezar cuando se trata de un Estado gigantesco, cuyo territorio se localiza en nueve husos horarios? Lo primero, sin duda, consiste en tratar de romper los estereotipos sobre la ‘insondable alma rusa’, que ha estado alimentada por una serie de filmes (en especial, de Hollywood), libros y muchas noticias. Lo recomienda este escribidor que en total ha vivido nueve años, en dos etapas, en la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y en la Madre Rusia.
Una vez superada esa barrera, conviene introducirse en los vericuetos del idioma ruso. Como dijera el historiador francés Jules Michelet, “El genio más íntimo de cada pueblo, su alma profunda, está sobre todo en su lengua”.
No obstante, conviene aclarar que la primera entrega del blog (ni ninguna otra) no pretende ser un curso de ruso. Aprenderlo bien toma su tiempo (vremya). Estas líneas –y el resto de este blog- se enfocan en las expresiones básicas de una lengua compleja, con una serie de barreras. La primera de todas, que aparece como un semáforo en rojo, justamente es el alfabeto ruso (russkii alfabit), que como bien se imagina es cirílico. Y tiene 33 letras (10 vocales, 21 consonantes y dos que simplemente no suenan).
Por ello, si una persona solicita consejos antes de introducirse en el mundo eslavo y, concretamente, en países como Rusia, Bielorrusia, Ucrania, Bulgaria, etc., el primero de todos es este: ¡Aprenda el abecedario cirílico!. Y lo hago porque, muchas veces, daba grima ver en el Metro de Moscú (o en el de San Petersburgo o Kiev), a turistas tratando de ‘cazar’ letras en los rótulos escritos en ese alfabeto.
Superado el aprendizaje del abecé ruso, igualmente, vale la pena memorizar 16 frases o palabras de las más usuales. Así:
RUSO PRONUNCIACIÓN ESPAÑOL
Ia hochu est (ya jochu iest) Yo quiero comer.
Ia hochu pit (ya jochu pit) Tengo sed
Skolko vremeni (skolko vremeni?) ¿Qué hora es?
Chto? (chto?) ¿Qué?
Kak delo? (kak dela?) ¿Qué tal? ¿Cómo está (s)?
Skolko stoit? (Skolko stoit?) ¿Cuánto cuesta?
¡Izvinite! (Izvinite!) ¡Disculpe!
Da (da) Sí
Net (niet) No
Spasibo (spasiba) Gracias
Kak vas zobut? (kak vas zobut?) ¿Cuál es su nombre?
Do svidania! (da svidania!) Hasta luego
Ia iz Ekvadora (ya iz Ekuadora) Yo soy de Ecuador
Ia ne znaiu (ya nie znaiu) Yo no lo sé
Ne govoriu po russkii (Nie govoriu po russkii) No hablo ruso
Gde Krasnaya Ploshad? (Guidie Krasnaya Ploshad?) ¿Dónde está la Plaza Roja?
Y si se pretende profundizar el aprendizaje de la lengua del excelso poeta, dramaturgo y novelista ruso Alexandr Pushkin (1799-1837), se sugiere seguir el curso (kurs) gratuito y en línea que se ofrece en www.rusogratis.com