Desde el pasado 16 de marzo de 2016 cada vez que usted compra un pasaje aéreo en Ecuador hacia un destino en el extranjero paga USD 50 por la tasa llamada Ecodelta, creada por las autoridades en el 2009.
En principio este impuesto fue de USD 5, el año pasado subió a 20 y ahora está en USD 50 en vuelos comerciales y en USD 60 para los chárter. En resumen, volar desde el Ecuador al extranjero ahora es más costoso.
De nada sirvieron los pedidos del sector turístico a las autoridades para revisar este incremento, fijado mediante un acuerdo del Ministerio de Turismo. La entidad reguladora de la política turística se defiende y sostiene que el tributo solo se grava o se cobra a los pasajes hacia el exterior. Una lógica bastante curiosa, que encarece el deseo natural de viajar y conocer el mundo.
Pero los empresarios de hoteles y agencias de viajes, por citar dos segmentos, no piensan igual y advierten que la medida solo perjudicará más a un sector que, como otros, está golpeado por la crisis económica que atraviesa el país. Las ventas de pasajes disminuirán más, dicen los empresarios y, según un estudio de IATA, unos 80 000 pasajes dejarían de venderse este año debido al incremento del impuesto.
Parecería entonces que las autoridades que decidieron este incremento de la tasa Ecodelta olvidan que una de las más gratificantes experiencias que tiene el ser humano es viajar para conocer nuevas latitudes y culturas. Y parecería también que el objetivo de la Ecodelta es, básicamente, sumar recursos para un Estado debilitado por la caída de los precios del petróleo.