Casi es una regla que unas semanas antes del estreno de un ‘blockbuster’ aparezcan noticias polémicas sobre la película y sus actores. ¿La mala publicidad es un producto del mercadeo? Difícil de responder, pero la comidilla ayuda a llenar las salas; a veces se habla más de lo que realmente es el argumento en pantalla.
Tomado de rcbrock.deviantart.com
El mercadeo natural de ‘The Avengers: La Era de Ultrón’ tuvo algunas polémicas que le ayudaron para un estreno con altas cifras de dinero en taquilla. Hace un par de semanas, el mexicano Alejandro González Iñárritu, oscarizado director por ‘Birdman’, se atrevió a decir que las películas de superhéroes son un genocidio cultural. Sus palabras exactas fueron: “siempre los veo matando gente, porque no creen en lo que tú crees o no son lo que quieres que sean. Odio eso y no respondo a esos personajes. Han sido veneno, un genocidio cultura porque la audiencia queda sobreexpuesta al complot, a las explosiones, y esa mierda no significa nada acerca de la experiencia del ser humano”. Al mexicano no le gustan estas películas y eso molestó al actor Robert Downey Jr (Iron Man).
Y claro, esta es una forma válida de analizar a las cintas taquilleras de Marvel (Disney) y DC Comics. Siempre ha habido guiños a construir las cintas de superhéores (y sus antihéroes) con problemas existenciales. Ocurrió, de alguna forma, con las setenteras de Superman, pero la trilogía de ‘Batman’ fue la que mejor explotó tanto que se convirtieron en thirllers de suspenso; sin llegar a ser cinta de profundos análisis filosóficos.
Batman y sus antagonistas de la mano de Christopher Nolan abrían el camino para una nueva etapa de cine de superhéroes de cómics; el estándar se elevó. Incluso las primeras cintas de Iron Man o Wolverine se ajustaban a los deseos de que Marvel haga un cine más oscuro. Pero contábamos con la astucia de Walt Disney Company. En el 2009 anunciaron la compra de Marvel y desde entonces la historia cambió para los más de 5 000 personajes creados por la gigante del cómic.
‘Iron Man 3’ evidenció la llegada de los conceptos más apegados a la diversión estilo Mickey Mouse; fue una película más infantil con la imagen de un villano más cercana a un bufón que a un terrorista. En ‘The Dark Knight Rises’, de la casa DC, aún no llegaba el espíritu amigable y se podía partir desde el argumento de la película a un concepto más profundo y cuestionar la realidad desde el entretenimiento. Solo, por ejemplo, Bane (el villano) intentaba desde el anarquismo destruir el status quo. Uno puede cuestionarse, entonces que Batman –el héroe, el empresario millonario– es quien lucha por conservar la sociedad capitalista que conocemos. Y sí, hay explosiones, violencia… porque sigue siendo Hollywood la máquina que está detrás y ahí se necesitan esos recursos para llenar las salas de cine.
La segunda para de ‘Los Vengadores’ permite otros análisis que evidencian otros poderes: el poder del mercadeo y los tejidos que construye Disney con otros departamentos del entretenimiento; todos superficiales. Sí hay violencia, pero también aumenta el humor más familiar; no hay sarcasmo y sí doble sentido. El villano es literalmente de caricatura. Sí también tiene las mismas intenciones de destruir a la humanidad por hacer un bien al planeta; pero eso es todo.
A Disney le interesa más –aparentemente- el mercadeo que puede hacer con sus películas. Se vende muy bien la ropa, los juegos, las figuras de acción, la música, los DVD, los bluray (con versiones extendidas), los tráilers…todo eso suma tanto que es un buen negocio.
Las secuencias de acción están construidas visualmente como si fueran videojuegos, por ejemplo. La explicación: al castillo de Mickey Mouse le importa satisfacer, sostener (y ‘educar’) a públicos más jóvenes para que se enganchen con todas las sagas de superhéroes. La gigante del entretenimiento tiene otras fórmulas para sus desarrollos dramáticos.
En Iron Man 3, por ejemplo, se incluyó a un niño en la trama, como si fuera una relación padre e hijo (Tony Stark y Harley KIeener); para Disney, suelen decir, es importante los valores familiares (tradicionales). Eso explica que aquí la tensión sexual solo se utilice en el doble sentido y la broma. No está mal, pero a estas alturas hace falta explorar más; dar más profundidad a los personajes.
De esta tónica, aparentemente, habrá 19 películas y series del universo Marvel; todas interconectadas; todas con un gran marketing. El temor -tal vez personal- es que el cine oscuro de superhéroes solo quedará como un deseo de unos personajes del Universo Marvel con más conflictos existenciales y la esperanza de que DC se revele.