Se anuncian cambios en ‘la carga horaria para el desarrollo de las tareas escolares…en la necesidad de contribuir al logro de los objetivos de aprendizaje propuestos en el currículo’, según el Ministerio de Educación. La idea es buena. ¿Existen estudios previos sobre este importante tema?, ¿fueron consultados los docentes y padres de familia? Algunos mitos y falacias.
Las tareas escolares han sido temas de debate durante muchos años. El exceso o la falta de ‘deberes’, según los especialistas, repercuten en el rendimiento estudiantil, y la calidad de la oferta educativa.
La medida del Ministerio de Educación ha tomado por sorpresa a los docentes y los padres de familia, quienes aseguran tener interés pero manifiestan no estar preparados. Se debió –dicen- informar primero, capacitar después y luego aplicar por distritos o circuitos, de manera selectiva a manera de pilotaje, para probar metodologías y modelos, y evaluarlos, con la participación del gobierno escolar. Y no al revés como se ha procedido.
• Problema de fondo
Más allá de la parte procedimental, en la que podemos concordar o discordar, el problema de fondo es conocer, con las evidencias del caso, si los deberes escolares, tal como hoy están concebidos, inciden en la evaluación estudiantes, en la calidad de los aprendizajes, en el clima escolar y en su formación integral.
El doctor Danilo Rodríguez, investigador ecuatoriano, expresa que ‘los niños en edad escolar no tienen la capacidad de realizar cualquier tarea en cualquier momento, independiente de los métodos pedagógicos y de la experiencia del maestro’. El especialista reconoce que el currículo ecuatoriano es rígido, que no toma en cuenta ‘la sincronización de los ‘relojes biológicos’, que son esenciales para la salud.
• Criterio oficial
‘El ministro de Educación, Augusto Espinosa, explicó que a nivel mundial existe una tendencia a reducir el tiempo destinado para las tareas escolares, ubicándose en 4,9 horas semanales, según el Informe PISA in Focus, del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA), de 2014. ‘En el Ecuador se ha identificado que el tiempo destinado a tareas es excesivo y corresponde a 11,2 horas semanales, expresa la noticia oficial.
¿Es posible ejecutar en la práctica semejante reducción del tiempo para la ejecución de tareas? ¿La familia está preparada para cumplir tan elevados propósitos? ¿Qué harán los chicos los fines de semana y los feriados?
• Lo que dice la ciencia
Una investigación previa a la medida era necesaria, de la mano de las neurociencias –la neuroeducación y la neurodidáctica-, y de otras disciplinas que permitan reorganizar el tiempo escolar, de acuerdo con el ritmo biológico de los estudiantes y no de los requerimientos de los docentes.
Un principio básico –recogido por el científico Danilo Rodríguez- expresa que ‘los niños no tienen la capacidad de realizar cualquier tarea escolar en cualquier momento del día o en cualquier día de la semana’. La respuesta se halla en la bioperiodicidad y los ritmos biológicos, que están regulados por los ‘relojes biológicos’, esenciales para la salud.
Se han identificado fluctuaciones de las capacitaciones intelectuales. Según un estudio comparativo sobre la organización del tiempo escolar, desarrollado por Rodríguez, se identifican horas de ‘disponibilidad cognitiva, memoria y atención eficientes, entre las 10:00 y 11:30 horas, en la mañana, y entre las 15:00 y 16:00 horas, en la tarde’. ¿Se han tomado en cuenta estos parámetros científicos en la decisión ministerial?
• Mitos y falacias
Para empezar una buena estrategia de comunicación, superará progresivamente los mitos y falacias que existen en el sistema educativo, en relación con las tareas y el tiempo escolar:
– ‘A más tareas escolares, más sacrificios, a más sacrificios más aprendizajes’.
– ‘Los deberes definen lo que eres’.
– ‘Tienes que hacer 100 ejercicios para mañana’.
– ‘Hay tiempo para todo, menos para hacer los deberes’.
– ‘Hay que eliminar los deberes, porque a los niños les falta el tiempo’.
– ‘Los padres debemos ir a la escuela’.
– ‘Las tareas escolares son ‘cargas’ para los estudiantes’.
– ‘Ganaron las cuatro pantallas: la televisión, la Internet, los videojuegos y los celulares’.
– ‘Los fines de semana y los feriados no habrá deberes’.
– ‘Los padres damos tiempo de calidad a nuestros hijos’.
– ‘Con menos deberes los chicos serán más responsables’.
– ‘Hay que eliminar los deberes, porque a los niños les falta el tiempo’.
– ‘Menos deberes, menos evaluaciones, menos trabajo para los profesores’.
– ‘Una educación sin deberes es una educación para la libertad’.
– ‘Con menos tareas escolares superaremos las Pruebas PISA’.
– ‘A menos tareas más calidad’.
Urge, entonces, un reordenamiento integral del tiempo escolar y las tareas escolares, con base científica: biológica, pedagógica y psicológica. Una verdadera reforma debe apuntar al currículo, a la didáctica de los profesores, a los sistemas de evaluación y a la gestión escolar. Y más participación de los actores directos: estudiantes, profesores y padres de familia.