La Silla Vacía

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A propósito de Habitat III: ‘Las ciudades invisibles’, de Ítalo Calvino

El futuro de las ciudades se ha puesto de moda en estos tiempos, cuando Habitat III, conferencia de las Naciones Unidas, se ha reunido en Quito. Nada más oportuno replicar la historia contada por Ítalo Calvino, quien realiza un viaje imaginario por algunas ciudades perdidas en la historia, que cobran vigencia al ver, sentir y vivir en las ciudades contemporáneas.

Ítalo Calvino plantea en esencia un juego poético, donde lo fantástico y lo maravilloso se unen a la realidad creada por él mismo. ‘Las ciudades invisibles’ constituyen –como lo confiesa Calvino- ‘el último poema de amor a las ciudades’.

• Títulos sugestivos

En este clásico de la literatura publicado por primera vez en Italia, en 1972, Calvino advierte que este libro ‘no se encuentran ciudades reconocibles, porque todas son inventadas’. Cada capítulo ‘nació lentamente, con intervalos a veces largos, como poemas…’.
El índice refleja su contenido con títulos sugestivos: Las ciudades y la memoria, Las ciudades y el deseo, Las ciudades y los signos, Las ciudades sutiles, Las ciudades y los trueques, Las ciudades y los ojos, Las ciudades y el nombre, Las ciudades y los muertos, Las ciudades y el cielo, Las ciudades continuas y Las ciudades escondidas…

Pese a que Calvino es hijo de la modernidad, sus bloques narrativos están ambientados en las conversaciones imaginarias de Marco Polo –legendario descubridor portugués-, en el papel de narrador, con el emperador Kublai Khan, llamado por Calvino ‘el Gran Jan de los Tártaros’, como narratario.

• Conversación eterna

Las ciudades tienen nombres de mujeres y el contenido es una lúdica tenaz, en la que no hay argumento y los lectores están desafiados a jugar a los números, como lo hizo a su tiempo Julio Cortázar en ‘Rayuela’. Pero con la diferencia que en ‘Las ciudades invisibles’, la conversación es eterna, donde, curiosamente, la única evocación del tiempo es el espacio, que justifica sus preocupaciones existenciales: la identidad, la vida, la muerte, el anhelo, la trascendencia…

Las urbes nacen, entonces, de la imposibilidad de existir: suspendidas de un precipicio, como Ottavia; donde el narrador viajero recuerda a sus familiares y amigos muertos, como Adelma; el propio deseo que provoca en quienes se acercan ella, en las profundidades del mar o en el desierto, como Despina; la ciudad bidimensional como Moriana; la ciudad de la ausencia como Baucis; la ciudad bañada por canales concéntricos, en cuyo cielo planean cometas, como Anastasia…

‘Las ciudades invisibles’ son metáforas construidas desde los sueños de Calvino que cobran vida a medida que se acercan a las experiencias simbólicas, en las que la arquitectura y los modelos sociales, políticos e ideológicos se entrecruzan y se pueden describir de la mano de la poesía, en la cual el lector entra a un juego fantástico que le propone el autor.

• ¿Qué es la ciudad?

Se pregunta Calvino. Y responde: ‘Creo haber escrito algo como el último poema de amor a las ciudades, cuando es cada vez más difícil vivirlas como ciudades’. Cierto. Por eso Calvino considera a ‘Las ciudades invisibles’ como sueños que nacen del corazón…’
Calvino considera que ‘la crisis de la ciudad demasiado grande es la otra cara de la crisis de la naturaleza’. Y confiesa el meollo de su discurso fantástico: ‘Los libros que profetizan catástrofes y apocalipsis son muchos –dice-. Lo que importa para mi Marco Polo es descubrir las razones secretas, que han llevado a los hombres a vivir en las ciudades, razones que pueden ir más allá de todas las crisis’.

‘Las ciudades son un conjunto de muchas cosas –reconoce Ítalo Calvino-: memorias, deseos, signos de un lenguaje; lugares de trueques… no solo de mercancías, sino trueques de palabras, de deseos, de recuerdos. Por eso, ‘mi libro se abre y se cierra con las imágenes de ciudades felices, que cobran forma y se desvanecen continuamente, escondidas en las ciudades infelices…’

Si quieren saber más sobre las ciudades invisibles, les invito a leer y disfrutar de los más fascinantes relatos de viaje que Marco Polo hace a Kublai Jan, emperador de los Tártaros.