Sobre la ética habla mucha gente, pero pocos la practican. Incluso hay gente que considera que la ética no es necesaria; basta con el sentido común. En realidad es importante recuperar la ética –no como un contenido necesariamente religioso- sino como sistema de pensamiento centrado en el ser humano. ¿Una ética civil?
En los aviones y aeropuertos encontramos revistas y periódicos del mundo. Unos productos son light, otros profundos, pero todos tienen algo en común: la comunicación con los usuarios. Este fin de año encontré en la revista Nexos un artículo interesante sobre ‘Ética inteligente’, que recupera los trabajos del Dr. Bruce Weinstein, conocido orador e investigador sobre esta materia.
Cinco principios
De la obra mencionada es posible resumir cinco principios relevantes:
‘1. No hacer daño. Este principio es fundamental. Debemos resistir al impulso de ser desagradable con alguien que ha sido ingrato con nosotros. Esto no supone una inacción total, porque habrá casos en los que deberemos actuar para evitar que el daño llegue a otros en nuestra misión de evitar el daño.
2. Hacer lo mejor. Evitar el daño no es suficiente. Debemos utilizar nuestro conocimiento y habilidades para ayudar a nuestros colegas, clientes, familiares, amigos y vecinos. Esto también implica cuidar de nosotros mismos.
3. Respetar a los demás. Tratar a los demás de la forma que a nosotros nos gusta ser tratados. Hay tres maneras básicas de ejecutarlo:
a) Mantener confidencias. Si un amigo confía en ti, mantén el secreto y la discreción;
b) Decir la verdad. Es importante decir la verdad, pero también tener en cuenta los sentimientos de las otras personas; y,
c) Mantener las promesas. Hay que cumplir con las promesas que se hacen, y no prometer si no se está preparado para satisfacerlas.
4. Ser justo. La justicia significa dar a los demás lo que les corresponde. Trabajar demasiado no es justo, sobre todo si se descuida a la familia; por lo tanto, no es ético. Otro caso es cuando alguien en la casa o en el trabajo se porta ‘mal’, y reaccionamos con coraje y en ocasiones con ira. Controlarse es mejor, que obrar con violencia. La idea básica es sacar lo mejor de las personas.
5. Atención. En la ética inteligente, la atención ocupa un lugar relevante. Ser cariñoso, amable, compasivo y amoroso crea ambientes agradables y climas de grupo positivos’.
Modernidad y ética
Hay que reconocer que la sociedad ecuatoriana tiene, en esencia, una formación ética básica, en buena medida derivada del contexto religioso o de la herencia moral de las familias. Sin embargo, los cambios ocasionados por la modernidad han generado rupturas, nuevas modalidades y comportamientos afirmados en valores ya no absolutos, sino relativos, operativos y circunstanciales.
Ser honrado, por ejemplo, antes era considerado un valor socialmente reconocido y apreciado. Hoy –quién lo creyera- el honrado es un iluso o un tonto que no aprovecha las oportunidades. Y así con todos los valores humanos: prevalece la doble moral o el doble estándar, donde la verdad es mito.
Alternativas
La ética, como sistema de normas y comportamientos, se aprende; la moral también, entendida como las actuaciones que se ejercitan en el escenario cotidiano y que tienen valor individual.
La familia es, primordialmente, el ámbito donde la moral y la ética tienen asidero, más que los códigos o reglas. De ahí la importancia de recuperar el papel de la familia y los buenos ejemplos que emanan de ella. ¿Qué podemos esperar de la sociedad, si dentro de la familia se practican antivalores o no se vive lo que se predica?
En este contexto, la ética inteligente del prof. Bruce Weinstein da algunas pistas, que no resuelven, necesariamente, la complejidad de los comportamientos humanos. La ética, en cierto modo, no nos hace más o menos inteligentes, pero sí cercanos a la realidad humana, a lo que quieren los seres humanos: respeto, tolerancia, justicia, paz, asertividad, decir y practicar la verdad.
Pero del dicho al hecho hay mucho trecho. La construcción de una ética civil podría ser una alternativa interesante frente al vacío ético existente. Adela Cortina, española, sostiene que la ética debe estar anclada a los derechos humanos. ¿Una ética de los mínimos?