El Ecuador ha avanzado en lo que a equidad de género se refiere, pero todavía subsisten graves problemas que deben resolverse, de manera especial los relacionados con la inclusión social, económica y política. En las siguientes líneas un extracto de este documento.
El País, de España, en su versión digital, ha publicado en días pasados un informe de una investigación realizada por Dora Barrancos, socióloga e historiadora argentina, doctora en ciencias humanas de la Universidad de Campinas (Brasil), profesora de la Universidad de Buenos e investigadora del Conicet. El título del trabajo es ‘Mujeres y derechos en América Latina’, cuyo texto completo se puede obtener en: https://blogs.elpais.com/contrapuntos/2015/10/mujeres-y-derechos-en-america-latina
• Un ‘sacudimiento’
El estudio cubre los ‘principales derechos conquistados en materia de política, educación, salud, la violencia de género y el trabajo productivo, y concluye con una sucinta enunciación de lo que todavía falta –que es ciertamente mucho- para que las mujeres alcancen una completa ciudadanía en Latinoamérica’.
La profesora Barrancos sostiene ‘que no son pocos los avances habidos en las últimas décadas en la región. Resulta irrefutable que en la mayoría de los países han progresado en modificaciones sustanciales del derecho formal, tornando posible un mayor reconocimiento de las mujeres. Un buen número de naciones han vivido experiencias renovadoras de gobernanza con políticas inclusivas. Pero no basta la reforma legal para garantizar la igualdad de género – aunque me encuentro entre las feministas que celebran los avances de la legislación, teniendo en cuenta los tenebrosos ciclos de ausencia de estado de derecho en buena parte de naciones latinoamericanas. Las normas requieren interpelación de las afectadas, y la propia Justicia – que es una esfera poco apegada al cambio en la mayoría de nuestros territorios -, requiere un sacudimiento que encauce el efectivo cumplimiento de la ley, que satisfaga las demandas para obtener una democracia basada en relaciones de género igualitarias. Sin duda, son las propias sociedades las que deben cambiar, es imprescindible la transformación de las sensibilidades, los sentimientos y las conductas para extinguir el orden patriarcal aún vigoroso en toda la cuenca latinoamericana’.
• Lo que quieren las mujeres
‘La agenda de las reivindicaciones es amplia, pero podría sintetizarse en los siguientes puntos, según la investigadora Dora Barrancos:
• Ampliación del estatuto de ciudadanía. Se trata de contemplar el haz de derechos y la plenitud de su goce. Usufructuar de la ciudadanía significa que no hay cortapisas en los derechos civiles, cívicos, sociales y personalísimos.
• Igualdad en la vida cívica mediante la paridad en la postulación y elección. Ningún género puede tener más posibilidades que otro en el orden representacional y debería también asegurarse la igualdad en la composición del conjunto de las instituciones de la gobernabilidad. Deben asegurarse sistemas políticos que permitan la igualdad de la participación y la factibilidad de idénticas expectativas en la competencia por los cargos.
• Derecho a la soberanía del cuerpo, a decidir libremente en materia reproductiva, lo que implica despenalizar el aborto; y también derecho a la accesibilidad a buenos servicios de salud en cualquier caso, tanto para la voluntad de la maternidad como para su revocación de los mandatos del “viejo orden” pro reproductivo.
• Reconocimiento, en toda América Latina, a dos conquistas fundamentales que Argentina logró en estos años junto con algunos pocos países: matrimonio igualitario y derecho a la identidad de género.
• Derecho a una vida libre de toda clase de violencias. La erradicación de la violencia depende de dispositivos de prevención y sanción públicos, pero también de las nutrientes de las primeras formas de sociabilidad. Familias y escuelas tienen mucho que hacer para forjar nuevas simbologías igualitarias entre los sexos.
• Igualdad de oportunidades en el mercado laboral, eliminación completa de las barreras sexistas que menguan las retribuciones de las mujeres y les impiden desempeñarse en puestos de mayor productividad y decisión’.
• Comentarios
El tema de la mujer en el Ecuador ha dejado de ser un tabú. Los cambios en la dirección de las garantías de sus derechos han sido importantes, tanto en la Constitución como en las leyes, pero falta todavía estrategias para su aplicación, complementadas con sistemas de información y comunicación, y acceso a los sistemas de justicia.
Los problemas recurrentes tienen relación con la violencia doméstica, la discriminación laboral y racial, y la desigualdad en la vida cívica. El llamado patriarcalismo –como sostiene la prof. Barrancos- mantiene todavía un modelo injusto e inequitativo, con respecto a las ventajas y oportunidades del mundo de los hombres. Pero los avances son notables –no tanto por concesión de los varones- sino por su propia lucha y gestión, especialmente en los campos políticos, científicos, educativos, económicos, sociales y culturales.
¡La deuda de la sociedad hacia las mujeres es grande!