Los refugiados en Grecia quieren respirar aire fresco
Atrapados en la isla de Samos, los solicitantes de asilo se ven obligados a vivir en condiciones extremas en el Centro de Recepción e Identificación. Foto: Tiziana Cauli/MSF
Este reportaje fotográfico visibiliza la vida de aquellos refugiados que sufren problemas de salud mental en Grecia -en las islas, en los campos ubicados en la parte continental y en la propia Atenas-, reflejando los desafíos que enfrentan y su capacidad de recuperación individual para superarlos diariamente. Además, denuncia las consecuencias que tienen las actuales políticas migratorias de la UE en la vida de las personas.
Hombres, mujeres y niños han llegado a las costas griegas huyendo de la guerra y el conflicto. Al igual que cualquier ser humano, anhelan liberarse del miedo y llevar vidas seguras, normales y productivas.
Algunos de los que llegan están extremadamente traumatizados, y su estado mental a menudo muestra cicatrices. Médicos Sin Fronteras (MSF) ha notado un aumento en los pensamientos suicidas y en incidentes de autolesión, así como emociones de enojo, frustración, pérdida, dolor, depresión, pasividad y desesperanza en la población, a menudo exacerbada con los más vulnerables.
Actualmente, el proceso de asilo es opaco y las condiciones de vida pueden ser terribles para las personas que se encuentran en el limbo griego durante más de un año, mientras esperan el resultado de sus casos, con un futuro en riesgo de detención y deportación.